Factura de la luz. ¿Qué pagamos?

Sólo un 45% de nuestro recibo de la luz se destina al pago de la electricidad que consumimos. La mayor parte de lo que nos cuesta la electricidad se dedican a otros fines. ¿Qué otras cosas pagamos, además de lo que gastasmos? En esta entrada vamos a descubrir que también nos cobran impuestos, nos cobran el llamado déficit de tarifa, primas y subvenciones a renovables...

El importe de la factura de la luz que abona un consumidor con Tarifa de Último Recurso (TUR) se destina a diferentes conceptos que, de mayor a menor porcentaje, son los siguientes:

1.- La energía, que supone un 23,8% de nuestra factura. El coste de la energía que abonan los clientes acogidos a la TUR representa menos de un tercio del coste total del recibo.

2.- Las subvenciones al régimen especial, que representan el 19,7%. Las empresas que producen energía eléctrica con tecnologías renovables o mediante cogeneración cobran una subvención llamada prima. El importe total que los usuarios tienen que pagar en concepto de primas es de unos 7.000 millones de euros anuales y se refiere a:

Hormigón biológico

Este nuevo hormigón para la construcción de fachadas vivas se caracteriza por que permite la proliferación de musgos y líquenes. Las ventajas de este material son varias: reduciría las emisiones de CO2 a la atmósfera, mejoraría la estética de las ciudades e incrementaría la eficiencia térmica de las construcciones.  Este nuevo material, que está ideado para fachadas de edificios u otras construcciones en climas mediterráneos, ofrece ventajas medioambientales, térmicas y ornamentales respecto a otras soluciones de construcción similares

Los científicos crearon este nuevo tipo de hormigón biológico a partir de dos materiales a base de cemento. El primero de ellos es el hormigón convencional. El segundo material está fabricado con un cemento de fosfato de magnesio (MPC, del inglés Magnesium-Phosphate Cement), que es ligeramente ácido.
Para obtener el hormigón biológico se han modificado, además del pH, otros parámetros como por ejemplo la porosidad y la rugosidad superficial.

El nuevo material es un elemento multicapa, es decir, un panel que, además de una capa estructural, consta de otras tres capas más: la primera de ellas es una capa de impermeabilización situada sobre la anterior, la cual sirve de protección ante el paso del agua hacia la capa estructural para evitar que pueda deteriorarse.
La siguiente es la capa biológica, la cual permitirá la colonización y la acumulación de agua en su interior. Actúa como microestructura interna, favorece la retención y dirige la expulsión de la humedad; puesto que tiene capacidad para captar y almacenar el agua de la lluvia, esta capa facilita el desarrollo de los organismos biológicos.
Finalmente, la última se basa en una capa de revestimiento, la cual será discontinua y hará la función de impermeabilización inversa. Esta capa permitirá la entrada del agua de la lluvia y evitará su pérdida; de este modo, se redirigirá la salida del agua allá donde interesa obtener crecimiento biológico.
 
Con estas innovaciones se ha conseguido un hormigón que se comporta como un soporte biológico natural para el crecimiento y desarrollo de determinados organismos biológicos, concretamente ciertas familias de microalgas, hongos, líquenes y musgos, evitando la aparición de otros tipos de vegetación para impedir que sus raíces echen a perder el elemento constructivo.

El proceso de desarrollo aún continúa, se está investigando la mejor manera para favorecer el crecimiento acelerado de este tipo de organismos en el hormigón, con el objetivo de conseguir acelerar el proceso natural de colonización y que las fachadas queden recubiertas en no más de un año. Así como se está trabajando con la idea de conseguir cambios de coloración en función de la época del año, así como de las familias de organismos predominantes.


Ventajas ecológicas
El nuevo material, que tiene aplicaciones diversas, ofrece ventajas de tipos medioambientales, térmicos y estéticos.


Desde el punto de vista medioambiental, permite absorber y, por lo tanto, reducir el CO2 de la atmósfera, gracias al recubrimiento biológico. A la vez, tiene capacidad para captar la radiación solar, lo cual permite regular la conductividad térmica en el interior de los edificios en función de la temperatura lograda.


El hormigón biológico funciona no sólo como material aislante y regulador térmico, sino también como alternativa ornamental, de forma que sirve para decorar la fachada de edificios o la superficie de construcciones con diferentes acabados y tonalidades cromáticas; está pensado para colonizar áreas determinadas, sin necesidad de cubrir toda una misma superficie, y con variedad de colores. La idea es crear una pátina de materia como cobertura biológica o pintura “viva”. 
 

Por otro lado, también ofrece la posibilidad de usos en zonas ajardinadas, como elemento decorativo y de integración paisajística y sostenible de elementos constructivos, para conseguir una mayor integración de estos con el entorno.

Adaptado del artículo publicado en Tendencias tecnológicas: Un nuevo hormigón biológico permitirá construir edificios con fachadas vivas

Blog del Departamento de Tecnología

 
Creative Commons License
Creative Commons