En este artículo vamos a tratar de indagar sobre el uso de la madera en la construcción, para qué se utiliza, cuáles son sus principales características y qué formas comerciales se utilizan.
La madera es uno de los materiales más utilizado en la construcción de viviendas así como en toda clase de obras. La podemos encontrar formando parte de la estructura principal, a modo de vigas, pilares... como elementos de acabado, a modo de recubrimientos, en ventanas, puertas... y especialmente como elemento de carácter provisional, formando parte de encofrados, como elemento de sujeción de estructuras...
La madera que se utiliza en cada caso se relaciona con la finalidad que se quiera conseguir, la resistencia a los esfuerzos, la conservación en seco o bajo el agua, la dureza y tenacidad, la elasticidad, o la aptitud para el pulimento o la coloración.
Las maderas se suelen clasificar en dos grupos:
Maderas fuertes, se trata de maderas que tienen mayor resistencia y duración, mayor peso específico (850 a 950 Kg. por m3 recién cortadas) y color mas intenso. Proceden generalmente de plantas de larga vida y desarrollo lento, alcanzando considerables dimensiones.
Maderas blandas, se trata de maderas que son atacadas con facilidad por larvas o insectos que penetran en la masa leñosa, se deterioran fácilmente con la alternancia de sequedad y humedad, son poco duras y por lo tanto fáciles de trabajar. Son generalmente blanquecinas o de colores claros, tienen menor peso específico y derivan en general de plantas de dimensiones no muy grandes y de crecimiento rápido. A este grupo pertenecen las maderas llamadas finas. Maderas de peso específico reducido y que su textura bella y la facilidad para trabajarlas se emplean como maderas decorativas.
Como es natural, se pasa gradualmente de unas a otras clases de las maderas de construcción, y no es posible por lo tanto establecer una distinción precisa entre ellas.
Formas comerciales de la madera utilizada en la construcción.
En la construcción se utilizan diversas formas comerciales de madera. Una vez talado el árbol y realizados los procesos de corta de ramas y descortezado se procede al aserrado para conseguir las distintas formas comerciales. El tronco se dividen en piezas de forma, sección y longitud variables según el uso a que se destinan y el sistema de construcción que se vaya a utilizar.
Los postes, que son los troncos largos, rectos, descortezados y desprovistos de albura, generalmente de pino o de abeto, que se emplean especialmente en la construcción de andamios y que tienen diámetros de 0,12 a 0,25 m. y una longitud de 7 a 12 m.
Las estacas, de madera dura, rectas, de sección circular, con una longitud de 2 a 6 m. y diámetros de 0,15 a 0,30 m.
Las correas, o vigas redondas, generalmente destinadas a techos, con diámetros de 0,15 a 0,25 m., y longitudes de 3 a 6 m.
Las vigas, o grandes piezas paralelepipédicas rectangulares, con aristas romas o vivas, cuyas secciones varían ordinariamente entre 0,15 x 0,20 m. y 0,25 x 0,35 m., y con longitudes de 4 a 10 m.
Las viguetas, maderas rectangulares con aristas vivas, de sección y longitud menores que las vigas, y generalmente con lados comprendidos entre 0,05 y 0,15 m., y longitudes hasta 5 m.
Los listones, piezas menores en forma de paralelepípedo, sus medidas oscilan entre los 2 y los 8 cm y con una longitud de 2 a 3 m, que sirven para techos y cielorrasos.
Los tablones, piezas de aristas vivas, cortados con la sierra según superficies planas, de espesor comúnmente comprendido entre 5 y 8 cm., anchuras de 15 a 40 cm. y longitudes de 3 a 6 m.
Las tablas, de igual forma, con espesores de 2 a 5 cm., anchuras de 20 a 40 cm. y longitudes de 2,50 a 5 m.; las hojas, de espesor inferior a 2 cm.; las chapas delgadísimas que el ebanista emplea en los trabajos de lujo y que se obtienen de las maderas de mayor valor, mediante grandes sierras circulares de hoja muy fina.
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